sábado, 30 de octubre de 2010

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¿Mentí acaso, mala víbora, acudió a engaño
la intención, en confesión, de mi propuesta sana?
¡Modelarte en busto! ¡Contemplar cada mañana
el rostro ausente!, dije, dime tú, ¿a qué el regaño?
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